Una madre con 3 hijos no puede cobrar una ayuda de 430 € porque ya recibe un ingreso mínimo de 18 €
La ayuda de la renta vital es, además, incompatible con cobrar cualquier otra
El Gobierno socialcomunista acaba de conceder, tras cinco meses de retraso, un Ingreso Mínimo Vital de 18,09 euros a Sonia Garrido, una madre con tres hijos, en el paro y sin prestación por desempleo. Pero, por si eso fuera poco humillante, la mujer ha recibido este pasado martes una carta del Ministerio de Empleo en la que se le ofrece un subsidio de tres meses y 430 euros al que no podrá acogerse de ninguna manera por dos motivos: el primero, que la carta ha llegado tras caducar el plazo de solicitud; el segundo, que el cobro de los 18,09 euros es incompatible con cualquier otro, con lo que tampoco, incluso sin caducar, hubiese podido cobrar los 430 euros.
La historia de Sonia Garrido parece ser ya un maldito chiste macabro. En una situación insostenible recibe 18,09 euros para sacar adelante cada mes a tres hijos y ahora le indican que, si no hubiera tramitado el Ingreso Mínimo Vital, podría haber tenido 430 euros al mes de subsidio.
El citado ingreso fue anunciado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias como el gran «escudo social» frente a la pandemia. El bálsamo que iba a evitar que «nadie quedase en el camino». Y ese escudo social hoy es capaz de pagar esos 18,09 euros al mes a esta madre sin más ingresos adicionales que los pagos por alimentos que le realiza su ex pareja.
OKDIARIO ha publicado ya el documento oficial con el que la Seguridad Social ha ordenado el pago a esta madre y que recoge con plena claridad el importe asignado de forma mensual por una cuantía de 18,09 euros.
Ahora, este diario publica igualmente la carta que acaba de recibir Sonia Garrido donde se le anuncia la posibilidad de acogerse a un subsidio de tres meses y el 80% del IPREM -430,27 euros-. Pero se le entrega la carta un 1 de diciembre: y se le advierte que el periodo de solicitud finalizaba el «30 de noviembre». Y, encima, la normativa del Ingreso Mínimo impide recibir ninguna otra ayuda si se está ya en posesión de un cobro por el famoso «escudo social» del Gobierno socialcomunista.
Resultado: la segunda carta parece diseñada para ensañarse con esta madre.
Con semejante sistema de cobertura social, teóricamente, Sonia Garrido debería salir a flote, comer, vivir, pagar su vivienda y soportar todos los gastos suyos y de sus tres hijos, a excepción de la parte de manutención que le paga su ex pareja.
Esos pagos de la ex pareja de Sonia Garrido ascienden a 525 euros en el momento actual -por los tres- y han llegado a ser menores por la estancia de uno de ellos con su padre. En aquellos meses, no tan lejanos, los pagos que recibía la madre para el mantenimiento y alimentos de los dos hijos se reducían a 350 euros. Pero, evidentemente, esos pagos van ligados obligatoriamente a los hijos y vinculados al acuerdo de reparto de cargas económicas en el mantenimiento de los descendientes tras una separación.
Eso es todo. A partir de ahí, tal y como puede apreciarse en los documentos que ha publicado este diario, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, a través precisamente de la Seguridad Social y, en este caso, de la Dirección Provincial de Murcia, ha decidido que «la cuantía que le ha sido reconocida» es de 18,09 euros al mes. Un importe que refleja la realidad, al menos para una parte de la población, del trasfondo de eso que Sánchez e Iglesias denominaron como ‘Ingreso Mínimo Vital’.
Un importe, que, encima, es capaz de anular pagos mayores, como el de 430 euros, en caso de que hubiesen sido comunicados a tiempo, claro está.
La madre pudo leer al recibir la carta del ingreso mínimo cómo, el mismo organismo que anunciaba a bombo y platillo sus planes para evitar caer en la pobreza en pleno Covid-19, asignaba semejante pago y le remitía a «una reclamación a la Dirección Provincial» en caso de «no estar conforme».
La pomposa misiva inicial incluía, de este modo, el siguiente texto: «El/la director/a del Instituto Nacional de la Seguridad Social ha resuelto aprobar su solicitud de prestación de ingreso mínimo vital según se indica al pie de este escrito. La cuantía que le ha sido reconocida se actualizará con los datos tributarios definitivos del ejercicio correspondiente, en el momento que se dispongan de los mismos. Si tiene alguna duda puede llamar a los teléfonos de atención 900 20 22 22 ó 901 16 65 65, y si precisa de una atención más personalizada puede solicitar cita en el teléfono 901 10 65 70 para ser atendido en el Centro de Atención e Información de la Seguridad Social».
La carta añadía: «Si no está conforme con esta resolución, puede presentar en la Dirección Provincial una reclamación previa a la vía jurisdiccional en el plazo de 30 días hábiles contados desde el día siguiente al de recibir esta notificación».
La nueva -la de la ayuda caducada e incompatible- añade otro párrafo llamativo: «Tan sólo quiero mostrarte todo mi apoyo personal, y el de este Ministerio, en una situación tan complicada. Ten la certeza de que, día a día, seguiremos haciendo todo lo que esté en nuestra mano para proteger a las personas trabajadoras y a las familias de este país. Un fuerte abrazo. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social».
El ingreso mínimo vital que ideó Pablo Iglesias -y que está ejecutando José Luis Escrivá- lo han cobrado 400.000 personas hasta noviembre, a pesar de que la medida se aprobó en mayo y en ese momento el Gobierno estimaba, como recoge la referencia del Consejo de Ministros del pasado 29 de mayo, que sería el principal y único sustento de 2,3 millones de personas.
Se trata de un ejemplo sangrante que ilustra la realidad del ingreso mínimo vital. Porque, hasta el momento, la realidad es que sólo se benefician de él el 17% de las personas sin recursos que estimaron Pablo Iglesias y José Luis Escrivá durante el primer estado de alarma, cuando la medida se vendió como el gran salvavidas de las personas más desfavorecidas del país.
A pesar de que las cifras son reveladoras, y el documento que hoy publica este diario directamente llega al grado de sarcasmo, Israel Arroyo, secretario de Estado de la Seguridad Social y Pensiones, explicó el pasado miércoles que las modificaciones realizadas en el texto del Decreto sobre el ingreso mínimo vital están, a su juicio, «funcionando».
Pero la realidad es que, hasta el momento, se han beneficiado 150.000 hogares, según los propios datos oficiales difundidos por Arroyo, muy lejos de los 850.000 que anunció el Gobierno en su día.